miércoles, 18 de abril de 2012

Consejos útiles para pegarle con chanfle


Antes que nada, y partiendo de una base muy concreta, debemos amar al futbol.
Que contenga todos los ingredientes de un enamoramiento. Pasión, romanticismo, erotismo, etc.
Generalmente estos ingredientes son heredados, o adquiridos en el correr del tiempo, por la cercanía a personas vinculadas al futbol. Llámese Padre, Madre o tutor; también están los amigos.
Este sentimiento tiene la particularidad de ir “in crescendo”  de la mano de la persona que lo atesora.
Esto en cuanto a ciertas condiciones intrínsecas al individuo para la realización de un buen chanfle. Es como un chef en busca de un sabor en concreto; debe tener pasión y entusiasmo para poder realizar tal búsqueda.
Con respecto a los aspectos físicos de quien será el responsable del intento, es conveniente, no excluyente, que posea cierta chuequera en sus piernas. Lo mismo da si es cóncava o convexa. De rodillas juntas o separadas.
La altura no importa; el peso importa solo un poco, ya que para la consumación del acto, solo se necesita una carrera corta y breves movimientos de cadera y piernas.
Cumpliendo ya con todos estos requisitos nos disponemos a preparar el otro elemento fundamental en este rito: el balón.
La presión del aire, el peso y tamaño deben ser los correctos dentro de los estándares de la Fifa. Si no es así, no importa, igual le pegamos con chanfle.
Parados frente al objetivo, que en la mayoría de los casos son: el arco adversario, o un tiro de esquina, colocamos el balón a más o menos 30 centímetros de nosotros. Luego de esto, miramos el objetivo y contamos pasos hacia atrás. En lo posible que no sean mas de 4 pasos. No es necesaria más carrera. Volvemos a mirar al objetivo, tratando de asegurar la línea imaginaria por donde debería viajar el balón. Miramos el objetivo. Miramos la pelota. Y corremos esos pocos pasos.
Si quien ejecuta el shot es diestro, es conveniente, para evitar un error en el golpe, colocar el pie izquierdo paralelo al balón. De esta manera queda el pie derecho recogido hacia atrás para luego dispararse como un resorte hacia adelante hasta hacer contacto con el esférico. Si el ejecutante fuera zurdo, invertir la operación.
Con respecto al pie ejecutante. Se sugiere que el golpe a la pelota se produzca con la parte superior interna.  Efectuado este acto, seria lógico que el balón adquiriera una línea curva en su trayectoria para entrar prolijamente en el ángulo superior del arco. Objetivo que nos hemos dispuesto.
Si, llevado a cabo cada uno de los pasos al pie de la letra, el balón se pierde en las alturas, es evidente que el ejecutor tiene cayos o uña/s encarnada/s.

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